Y ahora qué

Las tímidas ayudas del Gobierno a los postgrados

Justo cuando España culmina el proceso de implantación del Espacio Europeo de Educación Superior ha llegado la atroz crisis y su efecto más devastador. Con un desempleo que roza el 40% de la población juvenil las universidades se han convertido es un foco de atención y esperanza para infinidad de desocupados que consideran la formación cualificada el mejor camino para lograr ese ansiado puesto de trabajo. Financiar unos estudios de postgrado se antoja todo un dilema de difícil solución. Ni siquiera másteres públicos con precios oficiales reducidos y los Préstamos Renta son suficientes para tanta gente en situación precaria y, de ahí, que el Gobierno lanzara en tiempo record este curso académico unas ayudas a desempleados para cubrir el coste de la matrícula en cualquier máster oficial impartido por una universidad pública. Tantos parados y másteres gratis anticipaban un éxito seguro para este programa, pero éste ha sido más bien moderado. Se hizo con mucha urgencia y pese a ampliarse el plazo y los requisitos para ser beneficiario –ampliado a extranjeros- la demanda no ha llegado ni a la mitad de lo previsto por el Gobierno. La escasa información y el poco tiempo de solicitud parecen estar detrás de este fracaso. Es necesario que exista una respuesta a tanto esfuerzo puesto en una reforma como el Plan Bolonia. Que se mejores las vías de comunicación hacia el alumno o interesado, que se refuercen y amplíen las ayudas para cursar programas de postgrado y que el Gobierno apueste por el factor humano como elemento para salir de la crisis, de manera que todos nuestros esfuerzos no caigan en saco roto.