En la última conferencia General de Política Universitaria el ministro de Educación, Ángel Gabilondo presentó un nuevo proyecto de financiación para las universidades públicas. La reforma, que busca un sistema "más equitativo”, consiste en aumentar el número de becas existentes, pero a cambio, se subirán cuantitativamente las tasas universitarias de los no becados.
La definición de “equitativo” es una forma demasiado positiva de valorar una reforma que incrementara en casi un 20% el coste de la matrícula universitaria, pero que no aumentará en el mismo porcentaje el número de becas otorgadas. Además, las segundas y terceras matrículas de una misma asignatura se encarecerán a precio de oro.
La universidad pública se acerca en precios a la privada, sin que se plantee, por otro lado, aumentar la calidad de las instalaciones y el material de las públicas para equipararse a las privadas. La única consecuencia de la reforma será que los estudiantes con mayor poder adquisitivo acudirán directamente a una universidad privada, las clases más bajas podrán estudiar gracias a las becas del estado y será la clase media (mayoritaria en nuestro país y a la que cada vez le cuesta más llegar a fin de mes) la que terminará financiando la universidad pública. ¿Es esto equitativo?
Eso si, por lo menos Gabilondo, consciente de los problemas económicos de los españoles, comenta que la reforma se empezará a aplicar el 2013, "porque no se puede dejar la educación al margen de la situación económica general del país.” Muchas gracias, señor ministro, es usted muy considerado…
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