Desde que somos pequeños existen claras diferencias entre nosotros. Algunos prefieren el futbol, otros sueñan con ser médicos, princesas o astronautas. Algunos se conforman con ser como sus padres y los más ambiciosos te dirán que ellos de mayor quieren ser ricos. La cuestión está en que durante toda nuestra vida nos persigue la insistente pregunta de ¿Qué quieres ser de mayor? Luego te vas haciendo mayor, vas viendo lo bien que se vive en casa, te acomodas a la universidad, son años de felicidad y despreocupación y cuando menos te lo esperas, esos cinco años que parecían tan largos y pesados se han pasado volando y de repente te toca decidir qué hacer después.
Si esto mismo ocurriera hace 30 años, además de que posiblemente, estarías viviendo lejos de tus padres, te incorporarías al mercado laboral en un santiamén. Trabajarías de lo que fuera y seguramente, eso que hicieras, seria para toda tu vida. Pero todo eso ya ha cambiado, y tanto. Ahora no vale con tener una carrera, eso es el mínimo exigido, el corte transversal. Ahora es necesario especializarse, tener idiomas, experiencia laboral y muy posiblemente, el lugar en el que empieces no tenga nada que ver con aquel en el que te jubiles.
Es fácil que cunda el desánimo ante la maltrecha economía mundial y un mercado laboral en el que ni siquiera los jóvenes de mayor talento atisban oportunidades. Lo lógico en esta coyuntura sería que el número de matriculaciones en los másters privados se hubieran reducido hasta niveles críticos. Pero nada más lejos de la realidad. Muchas escuelas de negocio viven un inesperado boom a consecuencia del gran número de profesionales que buscan una formación exclusiva que les coloque en la mejor situación para cuando vuelvan vientos favorables en el empleo cualificado.
Las universidades se han convertido es un foco de atención y esperanza para infinidad de desocupados que consideran la formación cualificada el mejor camino para lograr ese ansiado puesto de trabajo. Por eso cada día adquieren más valor los estudios posteriores a las licenciaturas o diplomaturas o lo que ahora llamamos, posgrados. El nuevo Espacio Europeo de Educación Superior es un ambicioso y complejo plan que han puesto en marcha los países del viejo continente para favorecer en materia de educación la convergencia europea. Podemos decir de ellos que son el marco de diferenciación que nos define y nos distingue. Y es que en un mercado tan competitivo como el que tenemos, donde la exigencia se muestra a su máxima potencia y cada minuto es oro, los idiomas, la experiencia, las aptitudes y las actitudes son la base para la incorporación al mercado laboral.
No hay comentarios:
Publicar un comentario